12 de febrero de 2008

Curiosidades de Sevilla

Siempre me ha encantado caminar por Sevilla y sentirme como un "guiri" más observando nuevos detalles, recordando nuestra historia y admirando aspectos que pasan desapercibidos por muchos de nosotros. Como digo, me apasiona convertirme en turista en mi propia casa, y os aseguro que aunque no tenga la pinta ni de lejos mi cara sí que deja entrever cierta duda de si soy o no de aquí, más que nada porque miro embobado a mi ciudad como si fuese de Cuenca, porque aunque parezca cursi decirlo: sigo estando enamorado de ella como el primer día. Sin ir más lejos, hace poco conocí desde dentro y sin "bulla" la Real Maestranza. Esta plaza posee en su interior un museo -el cuál desconocía por completo- que guarda numerosos tesoros de la historia de la tauromaquia. Haciendo una ligera crítica destaco el precio excesivo, que asciende a 5 euros por persona. En lo pagado incluye una guía que te acompaña durante la visita. El cuidado es de sobresaliente mientras que la cantidad de lo expuesto no alcanza el aprobado bajo mi humilde opinión.

Si bien, de todo cuanto vi me quedo sin lugar a dudas con la capilla donde todo torero reza antes de cada faena. Justo al entrar respiré algo muy distinto, sentí una calma que me soprendió pensando que a pocos metros, no más de diez, estaba un alvero maestrante donde más de uno se juega la vida. Al acercarme a la rejas de dicha capilla volví a sentir escalofrío por el cuerpo. Me encontraba en uno de los recoletos más populares y a la vez menos conocidos de Sevilla. Al centro se encontraba una pequeña Ima
gen de la Virgen de Los Dolores, atribuida a Juan de Astorga. A su derecha un azulejo añejo de Ntro. Padre Jesús del Gran Poder, y a su izquierda otro azulejo precioso de María Stma. de la Esperanza Macarena. Por último, en uno de los laterales un azulejo de María Stma. de la Caridad, de la Hermandad del Baratillo. Como podéis pensar todo un lujo de devoción por los cuatro "costaos". Pero lo más curioso lo comprobé justo cuando terminé de rezar, supongo que con muchísima más tranquilidad que un torero. En la antesala hay tres oraciones en azulejos firmadas por Antonio Rodríguez Buzón, dedicada a la Macarena, Joaquín Caro Romero dedicado al Gran Poder, y de Manuel Lozado Hernández dedicado a la Caridad del Baratillo, por cierto, patrona de la Asociación Benéfica de la Vejez del Torero. Curioso ¿verdad? Salí de dicha capilla y comprobé los pocos metros que la separaban del alvero alcalareño de la plaza. Los pocos metros que separan la vida de la muerte.

Como decía al principio, mi visita como un turista más me llevó a conocer un rincón nuevo que desconocía, con olor a romero e incienso, lleno de calma, y del que mucho había escuchado hablar. Sin dudas, os lo recomiendo.

14 comentarios:

aiNOha dijo...

Yo muchas veces me siento como tu bien describes querido amigo. Una guiri más, paseando por esta maravillosa ciudad de la cual estoy locamente enamorada.

Impresiona la Maestranza eh. Me encanta,lo que más me gusta desde pequeñita es la capilla. Es entrar y sentir una paz...y esa Macarena, preciosa puff...no hay palabras.
Antes solía ir mucho, ya que mi padre estaba mu metío por allí, en la Maestranza y yo andaba como por mi casa. Que tiempos... los echo de menos, pero claro, una se hace mayor, y ya no me pueden meté en tos laos como antes jeje

Un besito muy grande!!!!

Anónimo dijo...

Pues nada, anotado queda en la agenda. Habrá que ir a hacer una visita. Ya te contaré que me parece. Aunque creo que falta alguien en esa capilla, la reina de Triana, pero bueno... habrá que cruzar el puente cuando salga de la visita.

ANDRÉS dijo...

Sevilla nunca deja de sorprenderte, te lo dice otro enamorao de la ciudad del río, donde el agua dormecida de una torre se enamora, Sevilla, verde claridad sonora, de andaluces soledades agonía de llanto y cante... Una letra de un compositor jerezano como yo, y como otro enamorao de Sevilla como yo también.

Un Saludo

orfila dijo...

Con olor a romero, sí señor.

Preciosa entrada. La plaza, por dentro y por fuera es un homenaje para los sentidos.

Esa gama de colores tan indescriptible...esa solera, ese silencio...

Un saludo.

J. Iván Martín dijo...

Yo tambien me siento como un turiata cuando voy al centro de esta querida ciudad...

Preciosa entrada amigo hispalis, solo conocia la virgen, la capilla en si no la conocia...

Un abrazo, amigo

el aguaó dijo...

El lunes pasado fuimos mi padre y yo al Via+Crucis del Consejo. Cuando caminábamos por las calles de esta bendita ciudad, sentíamos que ya estaba cambiando... la metamorfosis está lista.

Cuando llegamos a la Catedral aún estaba cerrada. Espera. Apertura de puertas. Frescor que golpea en nuestra cara. Oscuridad, silencio y grandeza. Al poco tiempo llegó el Buen Fin. Entonces, pese a la gente que había ya en la SIC y la que venía acompañando el cortejo, me di cuenta que Sevilla sigue siendo una perfecta desconocida para muchos sevillanos. Le susurré a mi padre en el oído: esto es uno de los mayores tesoros que tiene esta ciudad, estos regalos escondidos. Estos detalles ocultos en los encajes interiores de su falda.

Tu entrada, y en particular La Maestranza, es uno de esos detalles que posee Sevilla. Es uno de esos pormenores ocultos en la grandeza por descubrir de esta Nova Roma Eterna, que cada día nos regala un delicado menester con el que mantenernos enamorados de ella.

Un fuerte abrazo querido amigo.

P.D. Es muy dificil dejar de amar a Sevilla.

Anónimo dijo...

¡Cuanto se disfruta con esos paseos!
Y el lugar... que te voy a decir del lugar si soy del barrio.

La gata Roma dijo...

Yo también hice un día la visita al museo taurino, como una guiri, de hecho tengo costumbre de hacer eso de vez en cuando, subo a la Giralda... Ando corta de tiempo últimamente pero bueno.
Tengo la gran suerte de que cuando voy a los toros entro por esa puerta, la más cercana a la Capilla... Mientras los caballos dan vueltas en el patio, y antes de que lleguen los toreros, entro, aunque sea un pquito. Es cierto lo que dices, no hay otro lugar tan tranquilo...
Un saludo

Anónimo dijo...

Me ha encantado leerte, me has descubierto un rincón como es esta bella capilla, la apuntaré en mi larga lista de lo pendiente por visitar.
Nunca me ha llamado mucho la atención la Real Maestranza, no mas allá de su singularidad arquitéctonica. Pero la visitaré.
Me declaro también enamorada de Sevilla. No pierdo mi mirada de turista porque es lo que soy cuando la piso, aunque no puedo dejar de sentirme parte de ella.

Visitaré tu rinconcito que me acerca un poco mas desde la lejanía.

Besos^^

Sevilla enamora el cielo para vestirlo de azul y hasta el sol duerme en triana y la luna en Santa Cruz

Unknown dijo...

Tengo la fortuna de ser medio sevillana, y volver a enamorarme de ella una y otra vez que paseo por sus calles.

Felicidades por el blog, Seguiré visitándote. Un beso!

Reyes dijo...

También tuve la oportunidad de hacer esa visita, con mi cámara, y la verdad, no escuché nada de la explicación.
No podía dejar de impresionarme, y me acordaba tanto de mi abuelo...

Paços de Audiência dijo...

Estupenda información. Después de 9 años en esta ciudad no pasa el día que conozca algo nuevo. Aunque pasándose por tu blog, es más fácil.

Carmen dijo...

Hola Híspalis,

Pues tendremos qu ponernos la camisa de flores, las bermudas y colgarnos la cámara...

Habrá mil rincones que descubrir aún en nuestra Sevilla.

Este domingo, me iré de paso, la ruta...habrá que estudiarla, no, mejor la imiprovisaré.

Besos, paisano.

Doria dijo...

Soy un forofo de este monumento y comprendo lo que cuentas. Si me permites, te adjunto un vídeo que colgué hace meses.
Saludos
http://vimeo.com/16170194