A pocas horas para que sea Domingo de Ramos la ciudad ya comienza a oler a incienso y azahar. El que más y el que menos tiene su traje de Nazareno colgado en medio de ese cuarto repleto de fotos de Cristos y Vírgenes. Un cuarto por el que pasas cada día y consigue -sin saber por qué- arrancarte una sonrisa, una nostalgia… Porque del mismo modo que sabes que faltan pocos días para los días del gozo, también eres consciente de que queda poco para que todo termine. Y es que como dijo el gran cofrade Francisco Morales: “Es tan dulce esperarte y soñar tu llegada, que no quiero que llegues, quiero oírte llegar”.
Ya falta menos para que veamos al primer nazareno vestido por una calle camino de alguna iglesia. Para todo sevillano ver al primer nazareno del año tiene un grandísimo significado. Es como tener la confirmación de que todo comienza. Un profundo sentimiento donde se entremezclan ‘emoción’ por la llegada y ‘nostalgia’ porque sabes que es el principio del fin. Desde pequeño mi padre me llamaba cada mañana de Domingo de Ramos para que me asomara rápidamente al balcón y así ver ilusionado al primer nazareno de la Semana Santa, que siempre era de la Hiniesta o de La Sagrada Cena. Son cosas que quedan grabadas y que cuando te haces mayor intentas retomar queriendo volver a ser niño. Como la tradición de pasear por el centro durante la Cuaresma para ver algunos pasos montados. Son los momentos previos a nuestra Semana Santa que los sevillanos sabemos degustar de forma particular, evitando, incluso, que llegue el Domingo de Ramos. Paradojas de la vida. Porque sabemos que cuando el primer nazareno entre en Campana comenzará la cuenta atrás de la semana.
Durante cuarenta días y cuarenta noches la ciudad cambia de aspecto, de personalidad incluso. Encendemos el incienso en el salón de casa aunque siempre haya alguien que critique que aún no estamos en Semana Santa. Momento en el que comenzamos a estar expectantes ante las numerosas noticias cofrades que con gran esmero y trabajo nos traen los medios locales. Este año -quizás- el mejor titular que ha traído la Cuaresma -además de la incorporación de la Hermandad del Sol a la nómina oficial- ha sido la incorporación de las mujeres nazarenas al Gran Poder. Una noticia más que positiva que hace mucho tiempo debíamos de haber escuchado. También se ha abierto el debate sobre el posible traslado de la carrera oficial hacia la Magdalena. Propuesta del Consejo de Cofradías que apruebo siempre que sea exclusivamente por motivos de mayor seguridad, aunque bien es cierto que aún faltan muchas otras propuestas sobre la mesa para ser estudiadas.
Pronto, la ilusión de una semana llegará y se cumplirá. Y volveremos a contar los días. Porque a veces, como dijo Oscar Wilde, “podemos pasarnos años sin vivir en absoluto, y de pronto toda nuestra vida se concentra en un solo instante”. En una sola semana.
4 comentarios:
Te deseo una estupenda Semana Santa.
No te olvides de lo nuestro. Que pronto hay elecciones.
te deseo que lo vivas a tope y qu nos vayas trayendo noticias
un saludo desdevalladolid
Zapateiro, lo mismo te deseo.
Anónimo: si no te identificas no sé ni quién eres ni a qué te refieres... tú mismo.
Mª Ángeles: Muchas gracias por tu aliento, aunque sea desde muchos kilómetros llega como si estuvieras aquí mismo. Espero que hayas disfrutado también de una buena semana. Un beso.
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