"No necesito que el Estado piense o elija por mí el tipo de formación y los valores morales que necesito. Para eso, ya tengo a mi familia y también mi propia experiencia. Puedo discernir por mí misma lo que está bien, de lo que no, y sé convivir con los demás sin necesidad de que el Gobierno me imponga una ideología determinada". Esto es lo que argumenta Blanca María Díez Ponce. A sus 16 años, esta alumna de Primero de Bachillerato es uno de los primeros casos -que se están sumando día a día- de ‘objeción de conciencia’ contra la asignatura ‘Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos’. Blanca no se plantea si hace, o no, algo que la distingue y la convierte en alguien especial. Tampoco parece ser consciente de que ya ha hecho historia en la lucha por la libertad individual en España, al ser la primera estudiante en declararse objetora de conciencia. Simplemente –acepta- "he intentado ser consecuente con mi forma de pensar y con las cosas sencillas pero sólidas que he aprendido en casa. No quiero que me adoctrinen, no quiero que ningún Gobierno piense por mí". Blanca explica que formalizó su declaración de objeción de conciencia ante el director y la jefa de Estudios del Colegio Montessori, una prestigiosa institución educativa internacional, en el que cursa los estudios preuniversitarios que le permitirán acceder a la carrera de Derecho, según tiene ya decidido. "Les expliqué la bibliografía que recomienda el Ministerio en su guía Educar en Valores y, aunque al principio no pudieron evitar reírse por los títulos de las obras que ahí se recomiendan, en seguida aceptaron mi decisión y la respetaron", señala Blanca María. Margarita Ponce, madre de Blanca, no sólo apoya a su hija, sino que se solidarizó con ella al presentar su propia declaración de objeción de conciencia, como tantos otros padres están haciendo en toda España, asistidos por organizaciones como el Foro de la Familia, que ha puesto en marcha la ambiciosa campaña de movilización cívica http://www.objetamos.com/ contra la asignatura de Educación para la Ciudadanía.
El debate en torno a esta futura asignatura -que parece ponerse en marcha el próximo mes de septiembre en los colegios andaluces- está servido, y usted, ¿qué opina al respecto?
4 comentarios:
Me parece francamente muy mal. No quiero que mis hijos lo eduquen conforme a las reglas que el Gobierno imponga. Para eso estamos los padres. Lo que deberían es reforzar todas las de más asignaturas que los niveles cada vez son más bajos. Y la educación a los padres.
Eso será para los padres que tengan la posibilidad de elegir centro para sus hijos. En Los Remedios, Triana, Nervión y Centro Histórico parece ser que no es así. En el caso concreto de Triana a muchos padres nos imponen dos colegios muy lejanos a nuestras casas y que no cumplen nuestras expectativas. En cambio son admitidos otros que viven en barrios muy distantes. Para este caso concreto el distrito de Triana se alarga hasta la Barqueta, le agradecería a alguien que me explicase porqué. Como sevillana que es, mi hija estudiará, o al menos esa es mi intención, la asignatura de religión. El catolicismo es una realidad innegable para los españoles, respetando al que no lo sienta o quiera ver, mi hija la estudiará y estará en ella abrazar al catolicismo o negar incluso la existencia del Dios en el que sus padres creen y educan a su hija –sin imposiciones de ningún tipo-. No llego a comprender el interés de los padres que desacreditan la asignatura de religión en matricular a sus hijos en colegios religiosos para luego pedir la asignatura "educación para la ciudadanía". Los niños deben aprender en el colegio, en la sociedad, en los medios de comunicación y sobre todo de sus padres a respetar a los demás, a respetarse ellos mismos y a comportarse cívicamente. Nadie debe influenciarlos políticamente, ni tratar de imponerles una forma muy cuestionable de vida, existen unas normas fundamentales de convivencia que son esenciales y que nadie debe poner en entredicho. Deben estudiar la Historia de España desde un prisma de imparcialidad, con la objetividad que los acontecimientos se merecen y nunca buscando la confrontación y el recelo. La grandeza de la transición democrática española radicó esencialmente en el perdón, en el abrazo entre ex combatientes de los distintos bandos. La memoria histórica debe fundamentarse en el reconocimiento del error que supuso una guerra fraticida, para con ello no volver a cometer las torpezas que la desencadenaron. Yo me quedo con tantos padres, como los míos, que sufrieron en sus pueblos la desproporcionada crueldad del bando Nacionalista en un caso y del Republicano en el otro y lejos de todo odio han tenido unos hijos que aman la democracia y que rechazan todo signo de confrontación y de violencia.
La verdad es que hacen falta colegios en Sevilla. A mis hijos no dudaré en educarlos yo y mi marido, nada de una asignatura que se acaban de inventar. Enhorabuena por este blog. Lo sigo casi a diario.
Estoy contigo Jordi de Triana. Gracias por tu aportación.
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