11 de enero de 2008

Necesito oler a azahar

Nunca pensé que una cuesta de enero iba a resultar tan inclinada. Y es que me está costando algo de trabajo en lo personal subir una cuesta gris con aires frescos del norte. 2008 ha comenzado para mi como para el Betis, es decir, no muy bien. Con mal pie, se suele decir. Me han encajado tres goles y uno con una mano que no ha visto el árbitro. Pero no me queda más remedio que levantar la cabeza, calzarme bien las botas y seguir luchando por meter gol. El invierno llega aunque no quieras, pero al menos me consuela pensar que ya queda menos para que la cuaresma aparezca cualquier mañana por mi ventana al despertarme. Me consuela saber que plazas como la de Doña Elvira acoge a enamorados y les hace creer que es primavera en cualquier época del año. Me consuela saber que detrás de cada tormenta siempre viene la calma. Me consuela saber que cada mañana es un nuevo día. Me consuela saber que dentro de poco el azahar nacerá de los naranjos de mi Sevilla. Me consuela saber que pronto los zaguanes de muchas casas perfumarán de incienso la ciudad. Me consuela y alegra saber que ya están empezando a montar la portada de la feria de abril. Me alegra oir en pleno enero las zapatillas de costaleros ensayando mientras la voz de un capataz se cuela por mi balcón.

Esto y más es lo que me empuja en forma de Esperanza para subir esta cuesta de enero. Ahora toca levantar cabeza, calzarme las botas, salir al campo y demostrar que disfruto con aquello de lo que estoy locamente enamorado.

19 comentarios:

Paços de Audiência dijo...

Yo fui un enamorado en esa plaza y de esa plaza.

La pena es que jamás me volveré a enamorar así. Listo que es uno.

Un abrazo. Ya queda poco para esa semana.

Anónimo dijo...

Y yo soy una enamorada en esa plaza y de esa plaza... y espero seguir estándolo durante mucho tiempo... porque pienso, sé, que hay veces que ninguna cuesta logra ser lo suficientemente inclinada como para evitar que cada día sea primavera en el puente de Triana, como para evitar que cada día sea primavera para mi cuando piso esa plaza con la persona adecuada...

Un beso

Anónimo dijo...

Espero y deseo que también te consuelen las palabras de aliento de los que te leemos.

Ánimo Híspalis, tu puedes.

Diego Romero dijo...

Ánimo, son sesenta y dos días de nada.

Ya queda menos.

Anónimo dijo...

Animo Hispalis, que como bién dices, después de cada tormenta viene la calma, y así será, y todo seguira su cauce, y todo se supera.
A mí me han metido una golea buena, y lo que he aprendido es a que ya meteré algunos goles en el campo contrario.

Reyes dijo...

También disfruté de agunos amores en esa plaza, y de esa plaza, por supuesto, con el azulejo de mi Virgen escondido en un callejón.

orfila dijo...

Qué bonito, si señor. Y qué fácil y natural es para el sevillano escribir con mayúscula la palabra "esperanza".

Por Dios, qué se vaya el frío y venga la primavera.

aiNOha dijo...

Contaitos como vosotros tengo los días ya...van pasando y Enero ya mismo se acaba...
No hago más que pensar como haré el Lunes Santo para llegar a Triana a mi hora, teniendo en cuenta que a media mañana me dejan acorralá dos Cautivos.

Ansiosa por que lleguen esos días en los que me limito a cerrar los ojos y oler, oler ese azahar que invade las calles de nuestra Sevilla, qué ganass!

Un besito!!!

del porvenir dijo...

Con eso del cambio climático, no tenga usted pena, que antes que se dé cuenta tenemos los primeros brotes. Y menos mál que el Getafe...

el aguaó dijo...

No te preocupes amigo. Aquí estamos todos tus amigos para apoyarte y enviarte todos los ánimos posibles. Dale fuerte compañero, que cuando acabes de subir la Cuesta, en la cima te encontrarás la Pescadería repleta de gente, levantarás tu mirada, y comprobarás que ha valido la pena. Ya pasó el Rosario de Villegas y enfilas por Tres Caídas.

Pronto estará aqui el rachear más esperado, el dulzor más deseado y el azahar más florecido.

Un fortísimo abrazo y mucho ánimo amigo Híspalis.

Anónimo dijo...

Saludos Hispalis.
Mi voto de ánimo más sincero desde la amistad y admiración a tus letras, cada día más poéticas y sinceras.
Espero que la cuesta de enero de difumine con el humo del incienso de la vitalidad.

un abrazo.

Ángel

Híspalis dijo...

Gracias a tod@s por vuestro aliento, aún no he terminado de subir la empinada cuesta de enero pero al menos veo el fin cerca y un pequeño aroma comienza a ponerme los vellos de punta. Gracias una vez más a todos...pronto volveré.

J. Iván Martín dijo...

Gran texto amigo Hispalis... yo al igual que tu estoy contando los dias que quedan para esa semana tan especial para muchos sevillanos y sobre todo para los cofrades...

Un saludo de un amigo de San Bernardo.

http://lasfotosdeuncofrade.blogspot.com

J. Iván Martín dijo...

Ah! se me olvido decirte que te he agregado a mi blog.

http://lasfotosdeuncofrade.blogspot.com

ANDRÉS dijo...

Para mí tampoco fue un muy buen comienzo del año, pero como dice una amiga, no es importante como se empieza sino como se termina, eso espero...

La plazita de Doña Elvira, mi favorita, quien no se enamora allí es por que no quiere. Un rinconcito de Sevilla pa perderse siempre que se pueda y ahora aún más.

Un Saludo

Jordi de Triana dijo...

Mi cuesta perdura desde que aquél Sábado Santo del año del Señor de 2007 que acompañé la Soledad de una Madre hasta su Templo de San Lorenzo. Un año más apoyé mis manos suavemente sobre el portón de la Parroquia que con gloria lleva el nombre del Santo Mártir que la protege celosamente. Pedí por la salud de los hombres, por el fin de las guerras, por un Mundo sin rencores………….”Dios mío que más puedo pedirte………si Señor te pido que acortes la espera y que ese profundo sueño no se eternice para siempre, que en apenas unas horas despierte y vuelva a sentir que es Primavera”. Aquellos pajarillos que despertaron la mañana del Viernes Santo para anunciar la llegada del Señor no volvieron a aparecer aquella noche de Sábado Santo. Dormían arropados en las copas de los árboles de la hermosa Plaza que hace de pórtico a la Casa del Dios Poderoso que se quedó a vivir para siempre en la Tierra de su Madre Santísima. Los pajarillos no volverieron a despertar como aquella mañana, que en inexplicable milagro transformaron sus trinos en las más hermosas melodías al dulce compás de las voces de los ángeles que custodian al Señor. Esa Plaza por un año permanecerá anhelante ante la llegada de la llama misteriosa que encienda la antorcha de las almas dormidas de la Sevilla que se enamora de sí misma cada Primavera y que cerca está de ver la Luz. Sevilla madurará y de su fruto germinarán suaves florecillas de azahar que anunciarán que muy pronto una alfombra de pasión cubrirá el oscuro tapiz de la Sevilla soñadora y ahí estará de nuevo presente el Divino Rostro del Dios que mora en San Lorenzo. Esa noche no caminaré a su encuentro, mis rodillas no se clavarán delante de Él en su altar de Gloria. Me aferraré a esa noche, lucharé por ella como lucharon nuestros antepasados concepcionistas en la defensa del más Sagrado Dogma de María, pediré a Dios con todas mis fuerzas que esa noche única se inmortalice en el tiempo y que nunca muera, porque Dios mío esa noche serás Tú quien salgas a mi encuentro, recordaré que en mis muchas caídas acudiste como Cirineo para levantar mi errante cuerpo del suelo. Me hiciste comprender que la Majestad de Dios es bondad y amor infinito.
No faltarán aquellas mujeres cargaditas con el duro peso de los años. Esa Madrugá percibirán aromas de eterna juventud, con el paso de las horas sus espíritus se fortalecerán y tirarán con fuerza de cuerpos que empiezan a caminar a paso racheao por el cansancio. Se verán reconfortadas ante la presencia del Señor de Sevilla, durante una larga noche de emociones y sentimientos pedirán por todos, sus oraciones no olvidarán a nadie. Su última mirada hacia el Señor irá acompañada de una justa petición “Gran Poder te pido de corazón que me des fuerzas para que el año que viene vuelva a estar contigo y caminar a tu lado”. Algunas de estas mujeres se ausentarán la próxima Primavera atadas a la inmisericorde prisión de una enfermedad, será entonces el Señor quien acuda a rescatarlas de su cautiverio. Otras habrán merecido ser llamadas para siempre a su presencia y esa hermosa Madrugada ocuparán un lugar de privilegio en La Plaza que Dios reservó para los que amaron profundamente a Sevilla y creyeron incondicionalmente en Él.

el aguaó dijo...

Tus comentarios son dignos de ser publicados como entradas amigo Jordi. Genial. Te felicito.

Anónimo dijo...

Así se habla, amigo Jordi, un texto lleno de vida.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Precioso como hablas de nuestra bella ciudad.

Aquí otra sevillana enamorada de su tierra.

Un saludo.