Las farolas del Puente de San Telmo

¿Se imaginan un gran barco junto al puente de Triana? Pues bien, esto sí era posible hace 52 años cuando el actual Puente de San Telmo dejó de ser levadizo. Un barco que viniese desde Sanlúcar de Barrameda en dirección a Sevilla podría cruzar el Puente de Hierro y el Puente de San Telmo navegando hasta el mismísimo Puente de Triana o Puente de Isabel II.

El Puente de San Telmo fue construido entre 1925 y 1931 y vino a solucionar los problemas de comunicacion entre Sevilla y un nuevo barrio que se planificaba construir que a la postre se llamaría ‘Los Remedios’, cuyo nombre lo toma del edificio que se aprecia entre las dos hojas del puente, el Convento de los Remedios que estaba allí desde 1623 y aún continua en pie como actual Museo de Carruajes.

¡Cómo ha cambiado la ciudad! Seguro que en aquél entonces no faltaría ninguna 'Dama de sevillano nombre' que cruzara asiduamente el Guadalquivir llena de inquietudes y sentimientos que contar y para mejorar Sevilla, como tampoco algún 'Aguaó' anónimo dispuesto a rebajar la fatiga de muchos trabajadores que salían de la ciudad 'jartos' de trabajar... "mientras éste les daba de beber de su búcaro contaba leyendas sevillanas y completaba su repertorio con anotaciones del arte que brotaba de todos los rincones de esa Sevilla de ensueño. Gracias a su don de gente, simpatía y saber transmitir pasó a conocerse como el 'Aguador de Sevilla'... Un puente lleno de vida dónde paraban personajes con apellidos humildes para deleitar con sus historias como: Robles, Rull, Herrera, Caraballo, Andréu... Pregonero de Sevilla...y tantos otros. Tampoco faltaban mujeres más que interesantes que sabían poner los puntos con verdades como puños en unos tiempos difíciles: estás se llamaban 'Claudia Brócoli' , 'Natalia Pastor' o 'Belma', que no dudaba en exponer su opinión reflexionada desde una trastienda alfarera de Triana. Este puente levadizo contaba también con un 'viajero invisible' (tal y como él se describía) cuyo cometido era viajar por su único mundo que existía: 'Sevilla'. Todo un 'cicerone' que denunciaba lo que estaba mal en la ciudad y alababa sin remedio lo que verdaderamente lo merecía. Asimismo, alguien asentado en la orilla de la calle Betis paraba casi a diario por el Puente de San Telmo para hablar de un equipo de fútbol, de una filosofía de vida envuelta en colores verdes y blancos. Por su constitución delgada y piel blanquecina se le puso el mote de: 'Finidi blanco'. Por último, un vecino macareno de la calle Feria paraba de vez en cuando para recitar poemas o maravillar con su prosa a todos cuanto le escuchaban. Tanto éxito generó que pasó a formar parte rápidamente del elenco de personajes que discurrían por este bello puente conociéndose como el de la 'Calle Feria'. Muchos eran los que preguntaban por él los días que no cruzaba el río... Sin duda, esta podría resultar ser esa Sevilla que se unía con la otra orilla a través de dos puentes levadizos.

Su autor fue el ingeniero José Eugenio Ribera y contó con un presupuesto de 8 millones de de las antiguas pesetas. Como podemos observar en la imagen, su diseño original fue como levadizo y así quedó desde su inauguración hasta el año 1964, fecha en que se dejó fijo hasta nuestros días. Con la salvedad de unas horribles farolas que deslucen el paisaje y que nada tienen que ver con la arquitectura de la ciudad.

Hace bien poco este esbelto puente ha sufrido una restauración más que necesaria quedando precioso sin contar con lo expuesto, esas farolas modernas que afean al propio puente y que estorban a cualquier fotografía que se quiera realizar de la Torre del Oro, Giralda y Catedral. Juzguen ustedes mismos.