Busco dueño

El pasado domingo tuve la oportunidad de ver una camada de cachorros preciosos en la casa de campo de mi querido primo Jose Ignacio. Eran tan lindos que me interesé por su raza. “Pastores Vascos”, me dijo al tiempo que puse cara de ignorante. “Es una raza autóctona de allí, muy inteligentes y equilibrados. El tiempo que estuve trabajando en el Pais Vasco me llamó tanto la atención que decidí traerme un macho y una hembra de pura raza para echarlos aquí”. ¿Y tan sólo te quedan estos dos?, volví a preguntar. “Sí, un macho y una hembra, tienen poco más de dos meses, los de más ya los he vendido, pero estos hermanos aún no tienen dueños. Y tú, ¿quieres uno?”. En ese momento dirigí la mirada hacia los cachorros que curiosamente estaban con los ojos de quererme decir algo (algo muy típico, pero cierto). Se encontraban rodeados de sus padres junto a un naranjo, una estampa muy tierna, presumiendo de familia. No obstante, mi respuesta fue clara: Gracias Jose, pero no puedo, ya me gustaría… pero si quieres intento buscarles dueño.

Y es que esta raza tan peculiar y bonita posee una de las historias más bellas y antiguas de la raza canina. Según estudios, en cuevas prehistóricas del neolítico se encontraron restos óseos que demuestran que hace 12.000 años los pastores vascos ya lo utilizaban para el pastoreo. Destaca por su marcado carácter territorial, que establece un fuerte vínculo con su dueño. Tiene el pelo de longitud media, más corto en la cara y en la parte anterior de sus extremidades de color rubio y canela. Su cabeza resulta más bien liviana en relación al tronco, al que está unido por un cuello corto y musculoso. Sus ojos, ovalados, son de color castaño o ámbar. Las orejas son medianas, triangulares y algunas veces muestran pliegues. Y lo más importante, se trata de un perro muy sociable.

(Interesados preguntar por correo electrónico sevillajusta@yahoo.es )